
El ángel nos aconseja hablar de los acontecimientos sencillos de nuestra vida cotidiana, sin rencor ni odio, pues, tanto si creemos que lo hemos pasado mal o bien, debemos meditar y saber que somos afortunados.
Solemos quejarnos de lo que no somos y de lo que no tenemos. Al final son cosas sin importancia, pues muchas veces le damos más valor a aquello que no lo tiene y, sin embargo, no apreciamos cuanto tenemos: salud, un techo bajo el que cobijarnos, ver el sol, la luna, las estrellas y la tierra que nos ha visto nacer, la sonrisa de un niño… ¡Tantas cosas que nos pasan desapercibidas!
Por eso debemos buscar cada día, aunque tengamos que dejar cosas sin hacer, tener una buena la comunicación con otros seres y comentar nuestras cosas con ellos. Les haremos saber así lo importantes que son para nosotros, y ellos podrían ayudarnos a encontrar soluciones a nuestros problemas, si es que los tenemos.