El ángel nos aconseja no inmiscuirnos en cosas de los demás ni hablar mal de nadie. Debemos ver, oír y no juzgar, pues con la vara que midamos seremos medidos.
Cuántas veces nos encontramos con los amigos, con los conocidos o con los familiares, empezamos a hablar y, casi sin darnos cuenta, ya estamos hablando negativamente de alguien, sin conocer tan siquiera sus motivos para hacer lo que estamos criticando.
Pero es que nosotros, todos, tendemos a comportarnos así y sin embargo, no aceptamos que los demás hablen en contra nuestra. Qué injustos somos. Nuestro objetivo debería ser vivir y dejar vivir, ayudando a que la tranquilidad y la felicidad sean la norma general en nuestra convivencia.