Este ángel nos aconseja pensar menos en lo material y en el deseo de poder, y prestemos más atención a todo lo que estamos destruyendo sin mirar al futuro. De seguir así, dentro de poco puede que todo sea desolación.
Nosotros mismos, egoístas, estamos quemando el futuro de nuestros propios hijos y nietos. ¿Nos hemos parado algún momento a observar lo bello que es nuestro planeta? ¿Y hemos pensado en las cosas tan maravillosas que tiene y que nos ofrece a cada momento?
Allí donde vayamos siempre hay algo bello que nos está pidiendo que lo conservemos para nuestros descendientes, para que ellos también puedan disfrutar de las maravillas que nos rodean: el silencio de las montañas, la suave brisa del movimiento de los árboles, la paz que transmite el murmullo del agua o el sosiego que produce estar delante de unas ascuas.
Si miramos al cielo, podemos ver su hermoso color azul y las nubes de formas y tonos diferentes, el calor del sol, la luna que nos invita al amor, el frescor de la lluvia que se mezcla con la tierra y nos transmite su profundo aroma… ¡Todo esto es Amor!