Este ángel nos dice que no importa lo duro que se tenga el corazón, siempre hay un momento en la vida que corazón y pensamiento se ponen en contacto, haciendo que sintamos horror por la violencia hacia los niños, las mujeres o los hombres, la madre tierra, la atmósfera, etc.
El terrorismo, la violencia de género, los fanatismos religiosos y políticos o la contaminación tocan nuestro corazón y le hacen sangrar de dolor y lo vacían, pues nos hacen sentir la gran falta de amor que los provocan.
Dios Padre-Madre no nos ha puesto en la Tierra para ser tan bárbaros. Tenemos que cambiar, reflexionar, pues es muy breve el tiempo que tenemos para poder ser más justos los unos con los otros y menos egoístas.
Llegamos aquí siendo nada y terminamos siendo nada. Si acumulamos posesiones o hacemos daño a los otros o al planeta por inconscientes, seguimos siendo nada.
¿Por qué, entonces, seguir así? ¿No es mejor ser conscientes de que venimos aquí para seguir un plan de aprendizaje para nuestro espíritu y crecer en Amor, que es el objetivo principal?